sábado, 5 de octubre de 2013

Respuesta a la carta del mapache chovinista



El patrioterismo/nacionalpendejismo al igual que la religión se implanta mediante el adoctrinamiento, llevan a cabo el reclutamiento de endebles mentes infantiles para que se sumen a la estupidez de una idiosincrasia decadente e irracional (además se convierten en potencial producto humano que sirven de idiotas útiles), en el caso del patriotismo el dios es una especie de entidad que se idolatra mediante símbolos patrios y referencias al orgullo que el individuo debe tener según los apologistas de esta burla a la inteligencia.


Este adefesio tecermundista del romanticismo alemán, que apela a lo patético justificando atrocidades como dictaduras, genocidios, guerras, xenofobia y toda clase de delirios, se resume en la creencia mediocre de que los que habitamos determinado territorio debemos sentirnos agradecidos y orgullosos de que nos tocara por casualidad dicho lugar y, además, enaltecer el que este mismo hecho nos hace mejor a todos y todo lo que se encuentra dentro de este territorio del que debemos jactarnos de habitar. Sin decir que uno está casi obligado a hacer apología de esta idiotez cada que se cuestiona o critica, es que el ofender o insultar este orgullo patrio hasta es un crimen en Kulombia.

Yo cargué con esa creencia, sé qué se siente, sí, fui un orgulloso patriota que cantaba el himno, izaba la bandera, se ponía feliz porque nos adulaban desde el exterior y hasta casi deseaba ejecutar a aquellos que se mofaban de dicho dogma, pero luego de reflexión tuve mi propia ilustración.

Destruí el mamerto/facha que tenía dentro y pude reconocerme como un individuo independiente de algo tan irrisorio como el chovinismo, luego empecé a estudiar aquellos pobres pendejos que llegaron a viejos y seguían con ese cuento metido en la cabeza, porque su autoestima e identidad dependen de ello (como la gente ya grande aún tiene amigos imaginarios), resultaban ser los mismos que se enroscaban de la ira porque otras personas se burlaban de su orgullo y encontré que definitivamente tenían muchas similitudes con los religiosos, como en su delirante apología cuando blasfeman contra su adoctrinamiento y su fanatismo inquisidor.

Si bien hay mucha de esa plagando toda esta región, pero hay unos que se destacan por su idiotez o presunción, entre esos está mi querido chauvinista del Blog de Banderas que aludido porque hablaban mal de este país de mierda se vio en la necesidad de escribir una carta expresando cuánto le hería que existiera gente que no haga como él y se dediquen a adular a diario la República Bananera de Colombia.




La carta cargada de falacias, burradas y altas dosis de chovinismo, se enfoca en aquellas personas que además de buscar una mejor vida fuera del país, no tienen pelos en la lengua para decir que el país es una porquería, esto por supuesto indignó al pobre Sr. mapache que lo llevó a escupir perlas como:

En todo caso, no importa que la economía de Estados Unidos haya entrado en recesión, ni que Gran Bretaña sea gris, deprimente y llueva todo el día. No importa que en Nueva Zelanda no pase nada, ni que Australia sea víctima del peor de sus problemas: estar llena de australianos – y tengo grandes amigos australianos, pero es la verdad -. Peor aún, no importa que Canadá sea aburrida y gélida como ella sola…

Este dizque experto en temas internacionales vomita cuentos como que Gran Bretaña, Canadá, Nueva Zelanda y Australia son aburridas, a diferencia de Colombia donde todo es más divertido, pues claro, el patriotero tiene razón, cuánto no debe envidiar un europeo el tener a diario terroristas, paramilitares, criminales, narcotraficantes, corruptos y un millar de gente que se arrastra en la pobreza; qué envidia debe tener un ciudadano del primer mundo cuando sepa que en Colombia hay trabas para el matrimonio de parejas del mismo sexo, para el aborto, se cagan en las libertades individuales, que el gobierno viola el laicismo, que en la esquina lo matan a uno por el celular o los zapatos, etc. En fin hay muchas cosas que aburridas naciones de alto IDH no tienen ni divierten al romántico nacionalista autor de la carta.

Y es que según nuestro estudiado y experimentado compatriota un país es malo y peor que este por el hecho de tener un clima o ambiente distinto (gris en este caso)... Como verán ser imbécil no tiene precio y el autor de la carta es un buen ejemplo de ello, hasta aires de xenofobia tiene con los australianos. (Le queda justo este meme que hice hace mucho)

Ni Españistán ni Yanquilandia en crisis llegan a ser tan malos, pero bueno, para los que prescindimos del culto nacionalista, el que un tipo salga con algo así no es novedad, estos colombianitos se creen lo máximo haciendo el ridículo y resultan ser expertos en quien sabe cuántas cosas.
Hay pendejos con doctorado y analfabetos con poder al fin y al cabo.

El tipo será de esos crédulos que eyacularon de la emoción cuando salió esa mentira de que este país es el "más feliz del mundo" por eso trata de amargados y aburridos no solo a naciones mejores, también va contra la gente que decidió buscar mejores oportunidades y dan a conocer que esta mierda de nación da pena, hiede a decadencia y lo mejor es salir a buscar algo mejor para que no los aplaste la miseria mental de mucha gentuza habitante de este lugar.

Esperemos, para finalizar, que todo eso cambie con la gran labor que hacen mis amigos los chauvinistas subnormales alabando constantemente el país, así cree y se jacta mi amigo el patriotero colombianito que va a salvarnos, mojando cucos cada que escucha el himno y chillando cada que un malvado individuo aparece para mostrar que esta pocilga medieval repugnante es así por gente como él.




Incluso la utilidad de ellos es nula para sacar adelante algo serio acá y solo sirven para proselitismo turístico y atraer inversión extranjera, pero se les daña todo cuando matan, roban y secuestran a los extranjeros en esta maravilla de tierra mágica donde los supersticiosos y huelepedos son mayoría y son la imagen positiva del honorable territorio nacional en el que me cagaré diarréicamente hasta que ese orgullo de mierda deje de ser algo obligatorio.




A mi querido mapache colombianito llorón le digo:


¡Salve usted la patria por la que tanto chilla!