domingo, 14 de septiembre de 2014

El legado de los conservadores ultrarreligiosos del siglo XIX

Tesis del actual Procurador General de la Nación


En contraposición a los aberrantes actos seculares y laicos por parte los liberales radicales cuando asumieron el poder, los heroicos conservadores y regeneradores, alcanzaron, gracias a Azathoth, a salvar nuestra tierrita querida de la perdición en 1886.

Fueron muchas las bondades que nos brindaron desde la regeneración y durante la hegemonía conservadora nuestros hermanos de la ola azul y colaboradores:

-Un régimen unitario

-Poder volver a invocar en el preámbulo a la deidad favorita de la mayoría

-La restauración de la pena de muerte

-Educación y políticas encaminadas a imponer el cristianismo

-Privilegios para el clero, como la exención de impuestos

-Supresión de la autonomía de las poblaciones convirtiéndolas en departamentos

-Separación de Panamá

-Censura a la libertad de expresión

Siendo esto solo una parte del gran esfuerzo emprendido por aquellos guerreros ansiosos por implantar la moral cristianazi por encima de todo (incluyendo la constitución), y es que actualmente aún se mantiene su legado, uno que dice defendernos (?) del laicismo liberal ateo masónico que la modernidad homosexualista libertina busca inculcarnos, logrando que los odiosos derechos humanos se tomen el puro e inocente pueblo colombiano temeroso de Dios.

Un manual de convivencia refleja el amor cristiano

Por suerte para los lunáticos religiosos, chovinistas y ultraderechistas todavía tienen un Ordóñez, un Marco Fidel, un Uribe, un Chamorro, una Clara y una María Fernanda, entre muchos otros cruzados que siguen dando vida a las enseñanzas dejadas por los próceres de la eterna patria cristiana, sus logros enaltecen al ciudadano bananero del común.

Maravillas como la homofobia, la persecución y discriminaciónel desprecio por las libertades individuales, el adoctrinamiento, la violación del estado laico, el machismo, la censura y demás, son las que evitan que olvidemos nuestra posición en el decadente tercer mundo, porque no está permitido avanzar gracias a la mayoría dependendiente mentalmente de un dictador sobrenatural (leer preámbulo), el cual odia al individuo, su autonomía, derechos y diversidad, siendo este ser imaginario un simple reflejo de los prejuicios que enorgullecen a cualquier colombiano de bien, quien los expresa con pasión como todo ferviente patriota para que el mundo lo sepa.



Por esto occidente tiene que saber que el renacimiento, la ilustración, la revolución francesa, el Olimpo radical y la defensa histórica de los derechos humanos en Colombianistán jamás serán tan importantes como el orgullo patrio que todo cristiano profesa en esta nación, siempre en busca de mantener siglos y siglos de esfuerzos para levantar nuestra propia teocracia bananera tercermundista, la cual, óigase bien, es la única capacitada para brindar prosperidad, tranquilidad y felicidad a nuestros compatriotas con sus débiles mentes sedientas de adoctrinamiento.


Desangrado corazón de Jebús, ¡Salve usted la patria!