domingo, 11 de mayo de 2014

La doble moral de los concejales

Por estos días podemos ver pataleando a ciertos concejales por el tema del concierto que dará Calle 13 en Bogotá, y como no era de esperar el homofóbico cristianazi Marco Fidel Ramírez lidera una cruzada contra el evento seguido por la colectivista Clara Lucía Sandoval, aún así podría decirse que cuando plantean un posible sobrecosto la cosa va en serio, pero al fijarnos mejor, el motivo principal por el que esta gentuza acude a la censura es claramente religioso e ideológico:




Es más que evidente y predecible el que esta protesta ridícula solo se trate de un berrinche por disgustos personales, en lugar de una verdadera preocupación por los recursos públicos, a ellos no les importa esto, si les interesara de verdad no veríamos a estos mismos personajes, y muchos otros, apoyando, defendiendo y alcahueteando el que se malgasten recursos públicos en eventos que violan el laicismo como Bogotá Gospel, que si no se pagan con los impuestos de la gente, entonces resulta que es discriminación.


Y esto es solo el comienzo, pues el descaro es más indignante al notar que para los concejales el evento promueve la delincuencia, la promiscuidad, y otras maldades, según ellos, pero no dicen nada cuando en los eventos religiosos promueven la homofobia, el desprecio por las libertades y la discriminación en favor de sus creencias irrisorias. Les resulta fácil criticar canciones que creen que pueden incitar a algo malo, pero se les dificulta cuestionar un texto arcaico que promueve la misoginia, el racismo, la irracionalidad y la matanza, como es la biblia, ahí sí se hacen los de la vista gorda.


Hay que aclarar que puede ser cierto el que haya mejores cosas en las que se puede invertir el dinero en lugar de gastarlo en las idioteces demagógicas de Calle 13, sabiendo la clase de tipejo ridículo que es René Pérez Joglar, y su agrupación que se lucra fascinando a los mamertos, por algo no es de esperar que el concierto se jacte de cantarle a la paz pero al tipo no le gusta que lo toquen cuando está en el escenario, por lo que sí habría algo más útil en lo que se puede invertir la plata para mejorar la calidad de vida de los bogotanos, pero no existe justificación alguna de la censura que se busca emprender.



Actualización: Así es la objetiva, clara y seria respuesta de un servidor público:


Nada raro de esta gentuza que usa el poder a conveniencia y no quieren ser cuestionados, aunque sí quieren que les digan que les van a pagar en las entidades públicas por no hacer nada más que promover sus creencias.